La más reciente novela del
escritor norteamericano está ambientada en tres ciudades históricas: Florencia,
Venecia y Estambul. Esta vez, el profesor de simbología de Harvard Robert
Langdon debe resolver un misterio basado en la obra del maestro renacentista
Dante Alighieri.
Un genio de la ingeniería
genética se ha inventado un virus que podría poner en peligro la existencia de
la humanidad, para tal efecto, el profesor Langdon deberá seguir una serie de
pistas para tratar de detener esta amenaza.
La novela de Brown resulta
atrayente para los amantes de los misterios, los símbolos, la historia, el
arte, los relatos policíacos y las sociedades secretas. Este autor nos tiene
acostumbrados a que las temáticas de sus libros estén relacionadas con los
tópicos que mencioné anteriormente.
En lo personal soy un seguidor
de la obra de Brown, no me da vergüenza decirlo, y estoy seguro que muchos
pseudointelectuales también lo son, pero prefieren mantener su afinidad en
secreto porque este autor no está en la lista de los “escritores cultos”.
El
código Da Vinci fue un éxito de ventas a nivel mundial, millones
de ejemplares de esta obra circularon en todo el planeta, y convirtió a Brown
en una celebridad, aunado a esto, el libro fue llevado a la pantalla grande con
relativa suerte. Ángeles y demonios –otra
obra de este escritor- también fue objeto de una adaptación cinematográfica, y
ya se habla de dos filmes más, basados en los más recientes trabajos literarios
de Brown.
Inferno
cuenta
con todos los elementos de las novelas anteriores de este autor norteamericano.
El protagonista también es Robert Langdon, quien ya había aparecido como el
personaje central en El código Da Vinci, en Ángeles y demonios, y en El símbolo perdido.
Obviamente, la obra no ofrece
elementos novedosos a nivel literario o artístico, utiliza una tercera persona
como narrador omnisciente, las tramas habituales de las novelas policíacas y de
suspenso, y el misterio como principal aliciente para mantener interesado al
lector.
Dan Brown se involucra en esta
novela con la obra de Dante Alighieri, más exactamente con la Divina Comedia y esencialmente con el Inferno. Igualmente, lleva las pistas de
la trama a ubicaciones del mundo real en las ciudades de Florencia, Venecia y
Estambul.
De otro lado, el autor aborda
una serie de asuntos contemporáneos, a saber: el transhumanismo, la
sobrepoblación mundial y las pandemias. Esta mezcla de temáticas, “antiguas” y “nuevas”,
genera una combinación bizarra, lo cual está presente en casi todos los libros
de Brown. Recordemos; en El código Da
Vinci aborda la obra pictórica del maestro renacentista, pero también el
conflicto actual de las tendencias al interior de la iglesia Católica. En Ángeles y demonios combina el tema de la
sociedad secreta de los Illuminati –y sus problemas con el Vaticano- y de la
materia oscura. En El símbolo perdido
se refiere a la Masonería y a las modernas investigaciones sobre la mente
humana. En las dos primeras obras de ficción de Brown La fortaleza digital y La
conspiración, esta combinación de tópicos históricos no es tan clara y es
más bien contemporánea.
Creo que esta combinación es un
punto a favor de la novela; sin embargo, no podemos soslayar que el relato
resulta en cierto punto bastante rebuscado. Varias preguntas surgen al terminar
la lectura del libro; el lector quedará en su conciencia con un gran
interrogante: ¿Por qué?
Como ya dije, soy un aficionado
de los libros de Brown, a pesar de que las razones que mueven la trama de Inferno son inverosímiles. Yo le aconsejaría
a los nuevos lectores de estos libros disfrutarlos tal como vienen, no se
pongan a hacer disquisiciones racionales o metafísicas porque de pronto
resultan dejando a un lado esta novela. Mírenlo como un cuento infantil donde
se tocan temas serios, ríanse, asómbrense, y sobre todo lean lo que Brown
cuenta sobre la simbología de la obra de Alighieri, y de los lugares que
describe en Italia y Turquía.
Mi consejo es ser felices con
estas novelas de Brown, no tomarlas tan en serio, pero tampoco tan en broma;
divertirse, porque esta es la única manera de no pensar: ¿Qué carajos estoy
leyendo? Si hacen esto pasarán unos momentos muy agradables. Ahora bien, los
temas serios como el transhumanismo, la sobrepoblación y las pandemias,
generarán controversia en las mentes curiosas y obstinadas, en aquellas mentes
que no son neutrales en momentos de inmoralidad.
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