Woody Allen tiene un estilo
propio, sus películas parecen ser comedias pero no lo son, yo diría que son
dramas con un toque humorístico. En “Blue Jasmine” el director neoyorquino
vuelve a la pantalla grande con la historia de una mujer madura venida a menos –desde
el punto de vista socioeconómico- a quien le toca irse a vivir con una hermana
en San Francisco.
Cate Blanchet interpreta a
esta mujer madura caída en desgracia, debido a la quiebra y posterior suicidio
de su esposo –papel que encarna Alec Baldwin-. Jasmine debe vivir con su
hermana al otro lado de los Estados Unidos, en San Francisco, para poder
sobrevivir. La hermana –interpretada por la actriz Sally Hawkins- es la cajera
de un supermercado, y sus parejas son hombres comunes y corrientes de clase
media-baja.
Desde el primer momento
Woody Allen plantea el conflicto: la convivencia de una señora que residía en
los Hampstons de Nueva York y su hermana pobre que habita en un pequeño
apartamento en la costa Oeste. Posteriormente se muestran varios flashbacks en
los cuales nos describen el porqué de la situación de Jasmine.
La película prácticamente
se reduce a la espectacular actuación de Blanchet, al contraste de la vida que
llevaba con la que le toca empezar a soportar, a sus crisis nerviosas, a sus
fantasías, a sus ansiedades, a su incomodidad. El 90% de la película es la
interpretación magistral de esta actriz que ya nos había sorprendido por el
papel de la reina Isabel I. El otro 10% es la historia y el estilo de Woody
Allen, quien trata de dotar a sus filmes de realismo, de algo de humor, y sobre
todo de mucha ironía. Ese humor negro que ha convertido a Woody Allen en un
director de fama mundial, en un realizador de culto.
Obviamente la crítica o la
sátira que trata de hacer el director en “Blue Jasmine” está referida a los
escándalos financieros que se sucedieron en Wall Street al finalizar la
anterior década. Las caídas de grandes bancos, y de pirámides de dinero que
convirtieron en cuestión de horas a personas millonarias en simples ciudadanos de
a pie. El esposo de Jasmine es uno de esos “magos de las finanzas”, quien
satisface hasta el último capricho de su esposa, sin embargo, y como lo
describe la cinta, esta capacidad ilimitada de gastar dinero también está
ligada a la ilimitada capacidad para quebrantar la ley. En este sentido, Allen
logra recrear ese contraste de los dos mundos en los que ha vivido Jasmine: el
de la riqueza y el de la pobreza.
En lo personal siento una
fascinación extraña por los filmes de Woody Allen, incluso por los que las
personas no sienten nada. Muchos expertos afirman que Woody Allen ha perdido
con los años esa magia que tenían sus anteriores trabajos cinematográficos.
Para ello citan filmes como “Annie Hall”, “La rosa púrpura de El Cairo”, o “Manhattan”.
Sin embargo, en lo que a mí se refiere, creo que Allen mantiene ese toque
personal en sus actuales filmes, los cuales vuelven a recrearse en Estados
Unidos después de una larga temporada europea donde brilló con luz propia la
actriz Scarlett Johansson –una de las nuevas musas de Woody Allen-. Este
realizador combina un diálogo sincero con el espectador y una especie de broma
pesada que le gasta al mismo tiempo, sin descuidar que sus filmes no son
comedias y que en esto se equivocan muchas personas al tratar de etiquetar su
cinematografía como de humor.
Woody Allen afirma que hace
cine para no volverse loco, que escribe y filma para no entrar en crisis, y que
sus películas no tienen mayores pretensiones, salvo las de impedir que él vaya
derechito a un manicomio. Pienso que ese es el éxito de la cinematografía de
Allen: hacer películas sin muchas aspiraciones tanto en lo comercial como en lo
artístico. Ese desapego por el éxito ha llevado a sus filmes a lo más alto, a
la cumbre, y no en lo económico sino en lo cultural. Sus películas son
verdaderas joyas, que de cierta forma contradicen esa marcha apabullante de la
industria de Hollywood. Él no es como Hollywood, pero es un símbolo de
Hollywood.
“Blue Jasmine” vale la pena
verla, para gozar de ese ambiente de las películas de Woody Allen, para gozar
con la actuación de Cate Blanchet, y para divertirse un rato con un drama al
que todos temen: el paso de la riqueza a la miseria.
Mi calificación para esta
película es de 4.0 sobre 5.0.
Página web: http://www.sonyclassics.com/bluejasmine/
1 comentario:
Hola Emilia, ¿cómo se llama tu blog? Escríbeme a fbermudezg@gmail.com, saludos.
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