Nominada al premio Oscar en su edición No.81 como mejor película. Este film narra la historia subterránea de la famosa entrevista que le hiciera el animador de televisión David Frost al ex presidente de Estados Unidos Richard Nixon.
Frost decide llevar a cabo una serie de programas, donde el protagonista de éstos se encuentra en el centro del escándalo Watergate. Nixon renuncia a la presidencia de la Nación, y se exilia en su casa de California, hasta allí llega este animador de televisión para hacerle una entrevista, la cual desata una confrontación entre el personaje mediático y el estadista en una batalla psicológica, emocional y mental.
La película, dirigida por Ron Howard y protagonizada por Frank Langella (en el papel de Nixon), es una historia que se enfoca básicamente en la actuación de los dos personajes principales; por un lado se nos muestra a un David Frost (interpretado por Michael Sheen) superficial y hasta desenfadado de todo, y a un Nixon muy calculador.
La cinta debería ser vista por todo estudiante de periodismo, y por aquellos que son aficionados a los temas de gobierno, ciencia política, y liderazgo. David Frost emprende un proyecto que en apariencia es muy fácil, pero que en realidad no lo es tanto; Nixon aceptó la entrevista porque acababa de ocupar el cargo político más importante del hemisferio occidental, quería lograr un perdón de la opinión pública, pero no sabía lo que le esperaba con ese animador de televisión.
La actuación de Langella es excelente, incluso en ciertos momentos uno se olvida que está viendo a un actor interpretando al ex presidente de Estados Unidos, ya que el artista se apropia totalmente de la personalidad del político para llevarlo a la pantalla de forma muy real.
La producción es muy sencilla, narra la preparación de los dos personajes principales para el programa (que se desarrolló en cuatro sesiones), y muestra la dramatización de la entrevista que fue grabada y exhibida en la vida real.
Un film muy interesante, sobretodo para los amantes de la política y de los medios de comunicación. Una batalla psicológica, y un juego mental. Buena película histórica.
Frost decide llevar a cabo una serie de programas, donde el protagonista de éstos se encuentra en el centro del escándalo Watergate. Nixon renuncia a la presidencia de la Nación, y se exilia en su casa de California, hasta allí llega este animador de televisión para hacerle una entrevista, la cual desata una confrontación entre el personaje mediático y el estadista en una batalla psicológica, emocional y mental.
La película, dirigida por Ron Howard y protagonizada por Frank Langella (en el papel de Nixon), es una historia que se enfoca básicamente en la actuación de los dos personajes principales; por un lado se nos muestra a un David Frost (interpretado por Michael Sheen) superficial y hasta desenfadado de todo, y a un Nixon muy calculador.
La cinta debería ser vista por todo estudiante de periodismo, y por aquellos que son aficionados a los temas de gobierno, ciencia política, y liderazgo. David Frost emprende un proyecto que en apariencia es muy fácil, pero que en realidad no lo es tanto; Nixon aceptó la entrevista porque acababa de ocupar el cargo político más importante del hemisferio occidental, quería lograr un perdón de la opinión pública, pero no sabía lo que le esperaba con ese animador de televisión.
La actuación de Langella es excelente, incluso en ciertos momentos uno se olvida que está viendo a un actor interpretando al ex presidente de Estados Unidos, ya que el artista se apropia totalmente de la personalidad del político para llevarlo a la pantalla de forma muy real.
La producción es muy sencilla, narra la preparación de los dos personajes principales para el programa (que se desarrolló en cuatro sesiones), y muestra la dramatización de la entrevista que fue grabada y exhibida en la vida real.
Un film muy interesante, sobretodo para los amantes de la política y de los medios de comunicación. Una batalla psicológica, y un juego mental. Buena película histórica.
Página oficial: http://www.frostnixon.net/
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