Escribir ficción es
agradable, es placentero, sin embargo, requiere de una alta dosis de
inclinación –y propensión- hacia la fantasía. Para ser un buen escritor hay que
ser un “fantaseador”, y en eso soy un profesional.
“Arikayasis” es la
historia de una espada, y más que una novela es un cuento largo con cara de
novela, diría yo. Un joven decide instruirse con un viejo maestro de la guerra,
para hacerlo, debe pasar por varias pruebas; la más terrible de las pruebas es
derrotar a un malvado rey que tiene en su poder a Arikayasis.
Algunos dirán que las
historias de espadas siempre nos conducen al antiguo mito de Excalibur, la espada
del rey Arturo. Yo diría que Excalibur hace parte del simbolismo de la espada
como instrumento de guerra, pero también como instrumento de paz. La espada es
concebida es muchos círculos iniciáticos como representación de la mente, que
puede cometer barbaridades, pero que también puede producir obras maestras.
Arikayasis es una metáfora de ese simbolismo, de la construcción y de la
destrucción, de la paz y de la guerra, de la armonía y del desorden.
Laetón es el joven
aprendiz que quiere convertirse en guerrero, e ingresar en una misteriosa orden
de guerreros, de sabios, de místicos, y hasta de magos. Sin lugar a dudas, “Arikayasis”
es una historia universal, es un cuento de hadas, pero también es una parábola
iniciática, filosófica, que está en el inconsciente colectivo.
En “Arikayasis”
también aparece mi afición por las artes marciales, por los cuentos de magos, y
por las historias de caballería, todo sintetizado en un cuento largo que puede
ser leído por jóvenes y por adultos, e incluso hasta por niños.
¿Qué significa
Arikayasis? No significa nada, pero lo significa todo. Es el juego del lenguaje
de los idiomas, ¿por qué bautizar una espada? ¿Un objeto? Sólo los seres
animados merecen tener nombre propio. Porque es un símbolo del lenguaje, de la
construcción del lenguaje, de lo que podemos hacer con las palabras, ya que con
ellas podemos construir o destruir, depende de nuestra imaginación y de nuestra
mente.
Los reyes, y las
princesas, y los brujos, y los magos, y los guerreros, y los maestros místicos,
y los sabios, todo esto está en “Arikayasis”. Comparto con ustedes mi gusto por
las leyendas artúricas, por el mago Merlín, pero también por los maestros
orientales, por los sabios Zen, por Harry Potter, y por “El señor de los anillos”,
y por Narnia. Para todos los que adoramos las leyendas épicas, las clásicas,
las antiguas, y las modernas, incluso por “Star Wars”. Bienvenidos a “Arikayasis”,
utilicen su imaginación para soñar, para fantasear con la historia, con el
cuento, volvamos a ser niños e imaginemos cosas imposibles que nos hagan gozar.
La guerra es un
defecto de la humanidad, no puede ser una necesidad ni un medio de subsistencia
ni de convivencia, nos hemos acostumbrado al conflicto. La espada representa la
paz, la armonía de la mente, de cómo destruimos nuestros defectos interiores
para mantener una mejor relación con quienes nos rodean. La verdadera guerra no
es con nuestros semejantes, es con nosotros mismos para ser mejores, para crear
una sociedad pacífica, porque sólo habrá paz exterior cuando los hombres
encuentren su armonía interior, y para eso debe librarse un combate interior,
con nuestros defectos, con nuestros malos hábitos, con nuestra arrogancia, con
nuestro egoísmo, con nuestra falta de disciplina, con nuestra falta de
humanidad.
“Arikayasis” es una
novela corta o un cuento largo, ustedes deciden qué es. Los lectores son los
que catalogan la historia. En mis anteriores novelas he tratado el misterio,
las sociedades secretas, el amor, el romance, el derecho, la ciencia ficción, y
hasta el erotismo; con Arikayasis llego a los cuentos de hadas, a las historias
de maestros y de guerreros, espero les guste leerla, como me gustó a mí
escribirla.
Francisco Bermúdez
Guerra, 2013.
Página web: http://fbermudezg.wix.com/arikayasis
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