ALEJANDRO GONZALEZ IÑÁRRITU SE LUCE CON "BABEL"


Una montaña rusa de emociones, imágenes y sonidos, éso es "Babel", la película del director Gonzalez Iñárritu. Varias historias aparentemente separadas, pero intensamente unidas, dan vida a este magnífico film, que en algunos casos se torna crítico sobre ciertos tópicos. La competencia por ganar el oscar a mejor película estará difícil, pero "Babel" se lo merece de sobra, ¡ bien por el cine latinoamericano !, ! bien Alejandro!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí también me gustó

Anónimo dijo...

Hola, tengo tantas ganas de verme esa pelicula, no he tenido tiempo de hacerlo pero lo tengo que sacar.
Escucho muy buenas palabras de esta pelicula.
La vere
Un abrazo
Buen camino!!!

Yo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo!!!
Excelente pelicula, el argumento, la historia, las locaciones, los actores, el maquillaje... Para que mas?

Para mi esta es la ganadora... aunque falta ver las demas nominadas.

Juliette dijo...

He querido verla pero no me lo permito en estos momentos en los que una imagen impactante tendría el poder suficiente como para destrozarme en cierta medida.

Más cuando las imágenes han visto la luz del mundo gracias al genio de González I.

Anónimo dijo...

Increíble como une el escritor la soledad y el desamparo en cualquier parte del mundo y a cualquier edad.
Me encantó.
Saludos, Marta.

Anónimo dijo...

Es, en mi opinión, demoledora. Estremece, toca la fibra sensible hasta lo indecible. De hecho, creo que, sin pretenderlo, Iñárritu hace que los saltos temporales y argumentales de la película sirvan al espectador de respiro. Algo equivalente a expresarles en palabras: "Tranquilo, querido espectador, que te paso a la otra historia para que te seques un poco las lágrimas y expulses toda esa angustia, aunque sabes que en ésta otra te vas a encontrar más de lo mismo". En realidad todo esto sólo funciona la primera parte de la película, ya que la segunda es ya un corcel desbocado hacia el final, en el que, a pesar de todo, tras esa esperanzadora imagen de las dos manos unidas, yo al menos, me quedo con ganas de más. Debe ser mi lado más masoquista, parafraseando a Carradine en Kill Bill.